Cada vez son más las personas que dan un paso adelante y se lanzan a correr. El running, como se conoce popularmente al atletismo o, mejor dicho, su rama relacionada con el correr, es un deporte de masas que mueve a millones de personas, que buscan romper barreras y lograr objetivos como correr un 10, media maratón o maratón, entre otras pruebas.
Si has llegado hasta aquí y tú también quieres iniciarte en este mundo, has de saber que este deporte, en comparación con otros, no requiere de mucho material. Pero sí que hay un aspecto que es fundamental y necesario: las zapatillas. Existe una grandísima oferta en este aspecto y existen muchos tipos, por lo que hay casi un modelo para cada tipo de corredor.
Lo primero que has de tener en cuenta es que, en numerosas ocasiones, lo más caro no es lo mejor para ti o lo que mejor te puede ir. Tampoco tienes que comprar unas zapatillas por su color o forma. Evidentemente, si te entran por los ojos, estarás más contento/a. ¡Pero no es el atributo principal!
Si son tus primeras zapatillas de running, tienes que saber qué tipo de pisada tienes. No es lo mismo pisar de manera neutra, distribuyendo el peso por igual en la planta del pie, que ser pronador (aquellos que tienden a pisar con la parte interna del pie) o supinadores (los menos comunes: pisan con la cara externa del pie). Existen zapatillas que te ayudarán a posicionar el pie correctamente en función de tu tipo de pisada y así evitarás sobrecargas en otras zonas, como las rodillas y, por tanto, posibles lesiones.
Otro factor imprescindible a tener en cuenta es el peso del corredor. Si somos corredores ligeros (de hasta 70kg), podremos optar por zapatillas más ligeras y menos amortiguadas, conocidas como voladoras o mixtas (estas valen para competir y entrenar a ritmos exigentes). Si, por el contrario, nuestro peso es mayor, lo recomendable son zapatillas con un extra de amortiguación en la media suela que proteja nuestras articulaciones, especialmente rodillas y tobillos. De esta manera, se sacrifica ligereza en la zapatilla por amortiguación y comodidad.
Asimismo, tenemos que tener en cuenta también a qué ritmos vamos a correr. Si el ritmo se acerca a 4 min/km o por debajo, entonces hay que buscar una zapatilla voladora, ligera y reactiva, que te permita restar segundos al reloj. En cambio, para entrenamientos o carreras lentas, es recomendable sacrificar el peso por un poco más de comodidad y amortiguación. Aunque lo cierto es que hoy en día existen modelos muy ligeros pero con unas espumas en la media suela que proporcionan bastante amortiguación y rebote. No obstante, estas zapatillas suelen ser los modelos tope de gama de las marcas y su precio se va por encima de los 150€, pues muchos de ellos incluyen hasta placas de carbono para aumentar la rigidez y efecto rebote.
En definitiva, si estás empezando en el mundo del running, te recomendamos tomar nota de estos consejos y buscar el modelo que más se adapte a ti. Y nunca guiarte por las modas o lo que ves en los corredores de élite. ¡Ellos compiten a otro nivel!