Seguramente hayas oído hablar recientemente de estos dos conceptos. Tanto la dieta cetogénica como el ayuno intermitente son dos de las tendencias más de moda actualmente en la nutrición. Mucha gente confunde ambos conceptos y piensa que es lo mismo. Hoy te explicaremos qué es cada término, cómo funciona y sus ventajas/desventajas así como consecuencias. Ambas dietas persiguen un objetivo común: la pérdida de grasa corporal. Pero tiene conceptos distintos para lograrlo.
Aunque, como decimos, son dos dietas distintas. Ambas buscan la restricción de la cantidad de glucosa en el cuerpo para obligarle a utilizar las grasas como medio de obtención de energía a través de la oxidación de las mismas, lo que se conoce como cetosis.
En el caso de la dieta cetogénica, esta busca disminuir o eliminar la cantidad de hidratos de carbono de la ecuación de forma que la glucosa no sea la fuente de energía principal del organismo. Los carbohidratos, tanto simples como complejos, son la manera habitual de obtener energía. Por eso, este tipo de dieta propone otro planteamiento en cuanto a las proporciones de nutrientes. En este caso, se recomiendo ingerir un 50 o 60% de grasas (saludables), un 20 o 30% de proteínas y un 10% o menos de hidratos.
En la dieta cetogénica abundan alimentos como los huevos, verdura, lácteos, carne, pescados o frutos secos. Son altamente recomendable las grasas insaturadas, las buenas, como las que proporciona el salmón, el aguacate, los propios frutos secos…
El principal inconveniente de esta dieta es que, al ser tan restrictiva con los carbohidratos, requiere de un seguimiento por parte de un profesional que pueda pautar y supervisar perfectamente el proceso. Se trata de una dieta bastante dura de seguir y no es la más recomendable en caso de obesidad.
Por el contrario, el ayuno intermitente no es una dieta como tal. Se trata, más bien, de una forma de organizar las ingestas de comidas. Lo que propone este ayuno es, básicamente, no ingerir nada durante 16 horas (ese sería el periodo más largo y que más beneficios puede generar a partir de la cetosis). En este caso, el cuerpo, tras numerosas horas sin ingerir hidratos que rellenen los depósitos de glucógeno del organismo, oxidará grasas para obtener energía.
El ayuno intermitente busca espaciar durante 16 horas el momento entre la última ingesta del día anterior y la primera ingesta del próximo día. Esto no es algo nuevo, pues mismamente, las horas de sueño ya generan un cierto grado de ayuno y, también, a lo largo de la historia se han generado procesos de ayuno (por motivos religiosos u otros).
De nuevo, el principal inconveniente es la necesidad de seguimiento por parte de un profesional de este tipo de dieta, pues durante las horas en las que está permitido comer, hay que mantener una dieta equilibrada y no precisamente baja en calorías, porque puede generar un efecto rebote contraproducente que no lleve a la quema de grasas.
Como ves, este tipo de dietas son posibles de realizar. Pero siempre recomendamos el asesoramiento de un profesional de la nutrición para llevarlas a cabo.